Entrará en mi vida aquél que tenga su propia vida, quien me invite de vez en cuando a compartirla sin que quiera matar la soledad conmigo; quien entienda que al amor en libertad, también le gusta la compañía.

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miércoles, 16 de julio de 2014

Te tengo en el cajón de los recuerdos, también en el de los olvidos, en el de los sueños rotos y los sueños cumplidos.

Ayúdame a quererte en este Julio seco, que pronto llegará el Invierno y aún tengo que encontrar las fuerzas para no dejarnos morir de frío. Deja tus manos enredadas en mi pelo, acerca de nuevo tu boca a mi cuello y susúrrame el silencio de todo lo que hoy nos estamos callando. y es que dime, ¿de qué sirve callarnos la vida cuando así solo nos estamos matando? Ojalá tuviera tus caricias esta noche, la fiebre inunda mi cuerpo y te escribo desde el sofá en donde debería estar acurrucada a ti. La cama parece más grande conforme más te alejas y ya ni siquiera puedo ver tu silueta cuando sale el sol. Mis sábanas son hoy la definición exacta de una eternidad sin ti. Cómo no morir ahogada si en cada verso alejas cualquier esperanza de rescatarnos.
Cómo, si tus manos han dejado de intentar nadar. Las mías están cansadas, mi amor, apenas tienen fuerzas para acabar esta carta y pronto dejarán de intentar salvarte, dame al menos aunque sea... un puto motivo para odiarte.

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