Entrará en mi vida aquél que tenga su propia vida, quien me invite de vez en cuando a compartirla sin que quiera matar la soledad conmigo; quien entienda que al amor en libertad, también le gusta la compañía.

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sábado, 5 de julio de 2014

Que triste que tenga que decirte esto desde el anonimato, y no a la cara...

A veces, cuando te imagino durmiendo pienso en la justicia, y me viene a la mente la idea de grabarte, mientras duermes, por aquello de que la paz mundial se esconde en tus bostezos. Y con una sola de tus muecas o de las veces que te rascas la nariz sin darte cuenta podrían acabar con la guerra en cualquiera de sus formas.

Tú, con tus manos calientes
curando cicatrices por todo mi cuerpo.
Tú, con tu sonrisa tímida
por si en un descuido, te la robaba y la sacaba a bailar.
Tú, con tu manía de negarme los besos, sólo para hacerme rabiar.
Tú, contigo.

Voy a hacer una lista con las veces que me callo los 'te quiero' para que los tengas siempre a mano y los escuches siempre que te apetezca:
Te quiero sin saberlo un 7 de enero,
intuyo el verbo en futuro 60 días más tarde.
Te empiezo a querer un 23 de mayo, cuando nos conocemos alcohólicos perdidos.
Un  21 de mayo, donde presiento que las cosas inevitables, son un poquito, así, sin sentido.
El sentimiento, medio sale a la luz un 30 de mayo, junto al primer beso.
Te quiero por primera vez un 22 de junio.

Te he querido sin saberlo, sabiéndolo, y en todas las formas verbales que existen. Te he querido de noche, de día y a deshoras. Te he querido de espaldas, de frente. Te he querido encima y debajo, y de lado a lado; y tengo que confesarte, que donde mejor me quedas... es dentro. Ahora déjame probar cómo me queda quererte de cerca. Que algo me dice que es a medida.
Déjame decírtelo todas las mañanas; cuando te despiertas y te pasas la mano por los ojos como si no estuviera ya enamorada de tus legañas, como si no estuviera ya enamorada de tus ojeras.
Ojalá algún día consiga que te escuches con mis oídos, así entenderás por qué, a ciertas cosas, solo sé responderte a besos.
Créeme, te enamorarías de ti, cada día, si fueras yo. Y pudieses decir lo que siento, incluso mientras te escribo esto.

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