Entrará en mi vida aquél que tenga su propia vida, quien me invite de vez en cuando a compartirla sin que quiera matar la soledad conmigo; quien entienda que al amor en libertad, también le gusta la compañía.

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martes, 10 de marzo de 2015

Somos una casualidad llena de intención...

Apareces y me descolocas.
Siempre que hablo contigo acabo con una sonrisa pintada en la cara, esperando que volvamos, para poder reírme un poco más, de lo feo que es el mundo a veces, y que contigo es un poquito menos malo.
Supongo que mis noches son un poco menos oscuras si estás al otro lado de la pantalla (porque de momento no puedo pedir más, a pesar de que me muero de ganas).
Me gusta cuando te callas y te empiezas a quedar medio dormido, como si estuvieses tranquilo, sabiendo que mañana cuando te despiertes yo seguiré aquí para ti.
No entiendo muy bien por qué seguimos con tantas ganas; hay que ser muy valiente para atreverse a quererme, sabes de sobra que no soy fácil. Tengo mil manías, y tres mil razones por las que podrías odiarme, pero tú encuentras motivos donde yo no los veo.
Y haces que mis semanas sean más de sábados que de lunes. Que sean más de veranos que de inviernos.
Por eso, por que eres tú el que está aquí, estando también allí.
Digamos que eres como esos
cinco minutos que tengo un lunes para dormir más, como ese instante antes de montarme en una montaña rusa.
Ese eres tú.

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