Entrará en mi vida aquél que tenga su propia vida, quien me invite de vez en cuando a compartirla sin que quiera matar la soledad conmigo; quien entienda que al amor en libertad, también le gusta la compañía.

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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Principios.

Conozco drogas con menos capacidad de adicción que tus abrazos de tres letras; ven.
Ven, que tengo el corazón y la cama sin hacer. Que a veces la vida me cueta trabajo y no me pagan por ella; que quiero decirte prosas, abriendo más las piernas que la boca. Vísteme despacio, que tengo prisa por volver a desnudarte. Sálvame la vida, pero déjame morirme de amor si apareces sin paraguas, cerca.
Córrete hacia la izquierda y hazme un hueco. Que yo ya me he corrido hacia tus manos sin permiso, sin educación. Déjame cubrirte las espaldas con el ombligo, déjame partirle la cara B a la vida. Déjame consolarte, consolarme, consolarnos. Déjame no ser si no hago, déjame hacer aunque no sea. Déjame ser suelo si te caes y cielo si lo tocas. Y nubes si te llueve; y tabla si te ahogas, y humo si ya no ríes.
Déjame hacerlo mal para sentirme bien. Déjame que sienta y siéntate que tengo algo que contarte.
Déjame, pero sobre todo; no me dejes.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Polos invertidos.

Soy la que lloró cuando le dijeron su primer te quiero sincero.
El amor no es una mierda, el primer beso que cuenta es el que se da uno mismo en la primera herida que le hizo el que le dio otro, y de eso si, valientes, que no hemos olvidado.
Corazón tenemos todos, solo que unos más que otros.
Nos han hecho así, amantes, dramaturgos, poetas, hemos aprendido que tiene que doler, porque sino, no es amor. Nos han puesto límites de velocidad en las ganas, y amor, las multas se están acumulando en mi buzón, y si no vienes a sacarlas de ahí, terminaré por hundirme yo. Y si no vienes, tendré que aceptar que lo mejor del olvido es que está enamorado de volver, como tú.
Presentir es sentir antes de, porque sentir siempre es después de ti.
Es como yo. Existe donde yo existo. Es dueño, y así, está cada noche en mi cama.

viernes, 9 de octubre de 2015

Jueves.

Nuestro último intento fallido
fue una noche de jueves
de un ambiguo mes de julio.

Follamos como ángeles,
tal vez porque el deseo
tiene fecha de caducidad
aunque no nos atrevamos nunca 
a darle la vuelta al envoltorio.

Después me llevaste a merendar
a uno de esos sitios a los que
sólo me dejarían entrar contigo.

Parecíamos felices
pero en los siguientes días 
la realidad nos dio una patada en la cara.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

El muro.

Estaba ahí, el muro que todos los que relamente han sufrido por amor levantan para protegerse del futuro. ¿Lo tiramos?, me dijo.

viernes, 21 de agosto de 2015

Prólogo de Elvira Sastre para 'Mi chica revolucionaria' de Diego Ojeda.

Diego, mi Diego, el Diego que yo conozco, es un niño de manos adultas y corazón arrítmico. Si le miras a los ojos y él te mira a ti, podrás ver la playa más bonita de sus islas; si te deja balancearte por su acento, te sentirás la chica mas guapa del baile; si tienes la suerte de caer en sus letras, borrarás el vacío de tu abecedario. Tener a Diego en tu vida es saber que dentro de ti siempre habrá una puerta abierta.
El día que conocí a Diego, noté el bullicio que lleva dentro, y eso me gustó: no lo oculta. Es un chico capaz de reconocer la parte bella de la duda y de abrazar con cariño a sus miedos; él sabe que la felicidad se esconde detrás de la tristeza y la busca a través de todos sus monstruos. Si no lo encuentra, sigue rascando. Si la encuentra, lo grita a los cuatro vientos y se vuelve un vendaval precioso. Diego es tierno, cariñoso, inseguro, soñador, frágil, valiente, amigo y sincero, y lo más bonito de él, es que a veces se le olvida. Por eso devora poemas y poetas: para que se lo recuerden (bien sabemos que leer poesía es mirarse a uno mismo, darle la vuelta a tus propios ojos).
El día que conocí a Diego, tomé uno de sus aviones hacia su universo, y desde entonces siempre vuelvo a él cada vez que se me olvida volar.

sábado, 8 de agosto de 2015

Disparos.

Mis sentimientos son balas para quien los provoca.
También hay infiernos de los que sales con ganas de volver a ellos.
Tú no abrazas, tú taladras el alma. Tú no observas, tú detallas la vida. No es nostalgia, es principio de quererte.
Lo bueno de tener el corazón tan así, tan a trozos, es poder quererte con cada uno de ellos.
Todo el que salta en mi cama acaba diciéndome que te echo de menos.
Le dijo: quiéreme como si fuera cerveza, y fóllame como si me hubiese bebido la última.
Seguís creyendo que las personas son lo que dicen, cuando en realidad son lo que callan.
Qué vais a saber del amor, si mutiláis margaritas para tratar de comprenderlo.
Si lo que he metido es la pata, ¿por qué me duele el corazón?

sábado, 25 de julio de 2015

Al final tuvimos suerte.

A pesar de la dictadura del tiempo, vuelvo a aterrizar en tu cuerpo, y siempre parece la primera vez. 
Llego despistada cargando con una maleta llena de dudas que dejo olvidada en la terminal, cuando apareces para curarme la boca con tus besos. 
A ver como te explico yo que quiero que vuelvas,
que vuelvas a hacer pedazos el colchón
que vuelvas a celebrar la vida
a derribar las puertas,
que vuelvas.
Quiero decirte si volvemos a empezar, que estuve un tiempo respirando bajo el suelo, que ni los bares me supieron consolar; y cómo iba a decírtelo, si nunca bailas solo, y cada vez que llego yo te vas.
Dejé tu hueco en el sofá, tu voz escrita en el cristal, tu ropa sobre el edredón.
Quiero decirte si volvemos a empezar, que vino fuerte la corriente y pudo más, que me llevó arrastras, que no hubo tanta suerte.
Quédate, hagamos todo como la primera vez, y bésame los labios sin saber por qué, te sale bien. 
Quédate, será segunda parte que sale bien, vendrán veranos largos, y otro amanecer.
Y eres tú, que me ha salido fuego de nombrarte, que bailas a mi lado sin rozarme, tú, que te has cansado y ya no esperas, que no has tenido tiempo de llamarme, que buscas tu destino en otra parte. 
Ya se ven las cosas diferentes, al final tuvimos suerte, todo fue a mejor. 

jueves, 16 de julio de 2015

Uno es de donde llora. (Texto de Elvira Sastre).

Siempre estoy de vuelta
porque uno es de donde llora.

El pasado me llena los ojos de polvo,
de piedras,
de arena molesta,
y todos aquellos que dicen que es el tiempo
el que controla los latidos
saben que miento
cuando les digo que es algo
y no alguien
quien ha interrumpido mi parpadeo.

(...)

Busco alguien
que me mantenga viva de cuerpo presente.

Alguien que sepa
que el ahora es un suicida al borde del puente
a una coma de la liberación,
el envoltorio de un regalo,
la mirada de un ciego,
un premiado incomprendido,
la vida con la piel de gallina.

Alguien a quien querer aquí y ahora.

(...)

A veces conjugo en futuro
porque suelo creer en todo lo que no existe.

El futuro me miente con piedad,
como un engañabobos,
como un político idiota.
Es una quimera a la que no llega mi dedo corazón.
El futuro es entrañable.
El futuro es eso que no es
y en donde estamos todos.

(...)

Sin embargo,
a veces te miro
cuando te abrazas a mi en el sofá después de comer y sonríes, respirando sobre mi pecho
y me dices eso de:
"no te buscaba,
pero besas mis instantes
y ahora es mi futuro quien te espera",
y me resulta imposible no pensar:
"en la teoría todo es una mierda;
pero, en la práctica, tú estás encima de mi
-y viceversa-
y todo es maravilloso".

domingo, 28 de junio de 2015

Una vez más.

Somos sólo luz, dos cobardes que no encuentran la manera. Dos idiotas que no saben como hacer una vida con la vida que les queda.
Entro en tu cuarto y dejo los sentimientos encerrados en cualquier cajón antes de desnudarnos. Para que no me hagas daño. Para que no duela.
           El frío sólo lo siente quien tiene la costumbre de acercarse demasiado a lo que otros esperan de ti, o quien encara sin armas la llegada del invierno.
Y después de este amor sin sentimientos, sólo me queda aceptar que ya no quedan brasas donde soplar. Que el amor no se merece, surge o no surge, y si surge, después hay que aprender a saltar las tapias del miedo.
Qué quizás me equivoque, que con suerte aún recuerdas algo. (Amar a alguien conlleva consigo la posibilidad, por no decir la seguridad, del olvido.) Me dicen que te olvide, y tienen razón, pero lo dicen porque no saben lo ligeros que son dos amante cuando es correspondido.
Pero mejor me despido.
Me están subiendo los tres polvos de más que te debo, como una droga que no consumes pero afecta.

lunes, 15 de junio de 2015

Lugares.

No fue justo.
Tampoco pude darle más.
Para él el amor era un hogar,
para mí un hotel de paso.

domingo, 31 de mayo de 2015

Nada que hacer.

He violado mi creencia en ti.
He borrado todo lo que había en mi de ti.
He falsificado firmas de un contrato que hace pedazos lo que esperabas de mi. 
Ahora cojo aire, me ato de cualquiera que me eleva y me hace olvidarme de ti. Ahora cojo aire, me ato de cualquiera que me eleva y me hará separarme de ti. 
Porque no hay nada que hacer, me declaro en huelga de sentimientos y placer. Ya no seré yo quien te ponga del revés, ni en la cama ni la piel. 
He buscado en ti todo lo que hay de mal para escusarme por intentar escapar, porque he prendido fuego a carnes que no debo, y ahora me he quedado sin fuerzas para más.
Vuelvo a coger el aire, me ato de cualquiera que me eleva y me separa de ti. Vuelvo a coger el aire, me ato de cualquiera que me eleva y me hará separarme de ti. 
Porque no hay nada que hacer.
Y quiero quererte bien, te miento, te digo que no es el momento, abre tus alas, vuela bien alto. No seré yo quien te ate al cemento.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Escribo esto pensando en ti, pero esperando otro

Yo era una tarde de invierno, nostalgia y ceniza en la cama, los restos de un incendio provocado, las ruinas que quedan cuando un castillo es arrasado sin piedad. Un poema cansado, en forma de papel arrugado en la papelera de una oficina gris. 
Tú eras un paseo por Gran Vía un día de septiembre, el abrazo de bienvenida en la terminal de un aereopuerto, la hora del recreo, la tarde del viernes, la vuelta a casa después del instituto. Un sábado por la noche. El polvo de reconciliación de todas esas discusiones, que en el fondo son excusas para encontrar nuevas formas de quererse. 
Y entonces un día de primavera, te acercaste a mi con esa ternura que sólo tienen las personas que saben querer. Me lamíste la tristeza, y te avanlanzaste sobre mi espalda tiroteada. Cosiste con la paciencia de quien cree en lo que espera, las costuras rotas de mi corazón. Llenaste mi almohada de buenas noches, y mejores sueños.

sábado, 16 de mayo de 2015

Presentación. (Texto de Irene X).

Buenas noches, venía por la entrevista de despido. 
Soy la chica que rió la última.
Una vez me puse delante de alguien para recibir su disparo.
Desde que me pertenece algo de otro no puedo dormir.
Mire, toque: todavía conservo un orificio de salida donde hubo un músculo bombeando sangre.
No sabe usted qué mancha, qué cuadro torcido.
¿Quiere que le enseñe la bala o mejor en otro momento?
En fin, también he frenado en seco en mitad de una avenida
y he pedido perdón por si me daban las gracias.
Uno a veces sabe lo que necesita,
pero no lo que obtendrá al solicitarlo.
Por cierto, no vengo sola, mire ahí:
todo este ejército de infieles es mío
Toda esta batalla soy yo.
Otra vez confundí la guerra fría con la paz,
¿entiende usted algo de lo que estoy callando?
¿Cree usted en los/las rompecorazones?
Míreme, yo soy una rompecabezas.
Estoy más que preparada para desocupar este puesto.
¿Puedo olvidar o esta habitación es de no fumadores?
¿Sabe que usted y yo tenemos las mismas probabilidades de accidente doméstico, laboral o sentimental?
¿Por qué sonríe entonces?
Que yo no lo haga es una pena, pero mire: es la mía.
Ahora que lo pienso sonreír no me supone un esfuerzo si pienso en no volver a hacerlo.
Una vez vomité Matildas,
Imagínese usted si he amado.
Cuando no me encuentro bien me voy a buscar a la estación
Pero siempre me estoy yendo
Qué espera de una mujer a la que le gusta el pan con pan y se pasa de lista: errores.
¿Sabe usted que cometidos también son misiones?
En una vid anterior debí ser un hombre,
profundo como el lago Baikal.
Siberiano, claro. Y muy, muy frío.
Amado por cientos de mujeres bellas
que nunca dudaron en abandonarle.
Ahora soy ese ciento de mujeres bellas.
¿Ha tenido usted alguna vez la cabeza en otra parte?
¿Sabe acaso como recuperarla?
Dígame por qué estoy triste pudiendo no estar aquí.
¿Le he contado que tengo un vecino violinista?
Dios descansó en mi apellido
y no se volvió a despertar.
Desencantada me llamo Grecia
pero casi siempre llego demasiado pronto.

domingo, 19 de abril de 2015

30.

Si no era amor, era vicio. Porque nunca unos labios me hicieron regresar tantas veces por un beso.

Nothing.

Ella ya no sueña, sus objetivos son barcos que no han llegado a buen puerto.
Ya no desea ser libre, quizás porque ya lo es.
Dicen que los sueños mueren cuando muere el soñador, y quizás sus sueños fueron enterrados con ella.

domingo, 12 de abril de 2015

Te vuelvo a llamar, paso un mal rato hasta que te vuelvo a olvidar.

Yo sé que está feliz aunque esté serio.
Sé que está enfadado aunque este hablando tranquilamente.
Yo sé que es mío y suyo a la vez.

martes, 7 de abril de 2015

domingo, 29 de marzo de 2015

Unas bragas mojadas dicen más del amor que cualquier poema de mierda.

Siempre he pensado que en el momento en el que dejas que alguien forme totalmente parte de tu vida, ya corres el riesgo de que te pueda hacer daño. Quizás por eso esquivo el momento en el que alguien entre en mi vida por completo.
No sé, igual es ser egoísta, pero permitirlo podría volverme frágil, tan frágil como para desencadenar un caos. Un descontrol que me atemoriza, que es uno de mis miedos, que ya he sufrido y en el que no quiero volver a caer. No tienes el mando, estás fuera de juego y esa debilidad es algo tan maravilloso como acojonante. Igual que la esperanza, que siempre se mantiene pero también te engaña sucesivamente.
Tal vez, ni siquiera puedes ayudarte a ti misma, y ese es el puto problema. Preguntarte una y otra vez si de verdad la parte positiva de darle a alguien las llaves de tu vida supera el miedo a la exposición total que supone quitarte la coraza.
Quizás ahí esté la gracia. En la incertidumbre. O no, yo qué coño voy a saber.

Yo tan dispuesta a saltar al precipicio, y tú tan midiendo la altura al vacío.

Aún recuerdo la primera vez que te vi después de dejar de ser nosotros.
La sensación de nudo en la garganta, de no saber si besarte una, dos, o ninguna vez.
Esa voz en mi interior que me pedía que fueran treinta.
De repenter, escucharme a mí misma diciendo "Adiós", cuando lo que quería decir es "No te vayas", "Quédate un ratito, una vida y media", "¿No ves lo estúpidos que somos?", "Te echo de menos", "Te quierodio", "He olvidado cómo se duerme sin ti" y mil frases inconexas que luego tuve que ir sacándome una a una de la garganta en los días siguientes.
Recuerdo que un "Siempre dijimos que esto no nos pasaría a nosotros" se me quedó clavado en el paladar y tuve que tragármelo como se traga una pastilla, poniendo cara de asco y necesitando agua después.
O varios "¿Me vienes a buscar a la salida del insti?" que tuve que ir soltando en conversaciones con otras personas para que no me hicieran bola en el estómago.
Aunque lo peor fueron los "Te quiero", esos que nunca dijimos. Aún los sigo llevando escondidos en diferente rincones de mi cuerpo. Porque esos no se pueden tragar, no se merecen ser escupidos y no son intercambiables, no se los puedes decir a nadie más. Y eran para ti, para nuestras noches de colores y calores. Asi que, aquí están. Deberías venir a llevártelos algún día, como ese par de libros que te dejaste en mi mesilla, esa bolsa de farmacia que habita en mi caja de los recuerdos.
O no.
Quizás ya he aprendido a vivir con todos los te quiero que no te dije.
Yo he aprendido a necesitar,
lo que se dice necesitar,
solamente ese huequito
que hay en tu pecho
en el que me gusta refujiarme.

30.

Me gustaría que me dijeras cuál ha sido tu beso favorito,
qué canción puedes escuchar diez veces seguidas sin cansarte,
si escribes con boli negro o azul,
si alguna vez has querido invernar,
si prefieres las palomitas con sal o las de colores,
si has sido capaz de esperar meses sólo para vivir un instante.

Que me hables de tus rincones mágicos,
de tu primer recuerdo,
si te gusta que te toquen el pelo,
de qué color son tus cosquillas,
si sabrías describir la cara que pones cuando tienes un orgasmo,
saber si te cabreas al perder al futbolín,
si crees en el amor a primera vista,
si vas descalzo por el suelo de tu casa
aunque el suelo esté frío y tengas ganas de ir de puntillas,
qué te llevo mañana a la cama para desayunar.

Si te gustan cosas que yo considero aberraciones,
como las corridas de toros, la caza y los abrigos de pieles.

Observar cómo te despiertas cuando has tenido una pesadilla,
tu mirada cuando intentas no pensar en nada,
tus labios mojados debajo de la ducha.

Mirarte fijamente cuando hablas con tu madre,
cuando destrozas tu diario.

En definitiva,
meterme en tu cabecita laberíntica
sin preocupaciones de ir dejando ningún hilo
para volver a la salida.

jueves, 26 de marzo de 2015

Las señales de humo primero son señales
y luego son sólo humo.
Atiéndelas
antes de que solo queden
cenizas
cuando vayas y ya no esté
quien encendió la hoguera.

martes, 24 de marzo de 2015

Por ti, por mi, por volverte a ver.

Por amor al arte, por amor a ti, que eres arte.
Por amor a lo que vivimos, por amor a la mierda que vivo, y por lo que nos queda por vivir, bueno o malo.
Por lo muchísimo que te echo de menos, por lo poco que fumo para lo mucho que me dueles, por todo lo que bebo cada finde para olvidarme de ti, y que más da que termine la semana borracha, si así es como empezó lo nuestro.
Por lo puta que es la que todos los días te ve, por la suerte que se trae, por mi mal fario.
Por los catorce meses que llevo soñandote, y los diez que llevas siendo pesadilla.
Por todo lo que me recuerda a ti, y a nosotros. Por las visitas inesperadas, los besos interminables y las risas en voz alta. Por lo que sólo tú y yo sabemos.
Por que te quiero, y por que lo seguiré haciendo, aun que me duela.

sábado, 21 de marzo de 2015

Te necesité como al aire, hoy ya ni respiro.

Ayer te vi desde el autobús. Cruzaste la carretera sin mirar para los lados. Tuve ganas de lanzarte el autobús y aplastarte con su peso y con mi rabia, por verte tan tranquilo como si el mundo te perteneciera solo a ti.

Debo confesar que me pasó algo raro porque después del ataque de rabia, me conmovió tu gorra ladeada y esa manera única de cargar tu mochila, no se sabe muy bien que es esa cosa que cuelga de tus hombros. Pero sí sé que llevarás revistas de cine, libros, CDs y por supuesto, algunas cosas para tu nueva chica.

Me enfurecí al pensar que sacarías de la mochila esa cualquier mierda para enamorar a alguien.

Pero no será para mí porque no te soporto. Si pudiera, te lo haría escuchar cien veces, como te lo dije hace cuatro meses.

Te haré llegar esta carta para que sepas como he cambiado, ya no me convencen tus excusas ni tus argumentos.

Descubrí como eres y estoy feliz de apartarme de ti.

A veces te añoro y hasta te deseo algunas noches, por eso te quiero bien lejos. Bien lejos y para siempre, quería continuar pero no estoy segura de aguantar sin ti mucho tiempo.

Quería humillarte y ahora te pido que regreses a mí. Parece que caí otra vez en esa cosa que no sé como llamarla, desgracia, pasión, amor, enfermedad, no lo sé.

Para que sonrías:


Llegó a mi vida un 8 de enero, y seguramente mentiría si ahora mismo dijera que no me enamoré en el primer segundo en que le tuve enfrente.
¿Sabéis ese momento en las películas en que todo va a cámara muy muy lenta, y suena una música de fondo bajita y suave? Mirarle es siempre así, como si nada existiera, como si tuviera delante de mis narices a la mismísima razón del sentido de la vista.
Hoy hace cuatro días que borré con un deseo más de 360 kms de distancia y como si de ángulos se tratase, mi vida ha dado un giro que ha venido a parar a su espalda. Deberías ver su espalda... es sin duda el mejor cuento para dormir que conozco...
Una vez me hablaron de la complejidad de los abrazos, de lo difícil que resultaba que dos personas encajasen perfectamente en uno de ellos, y no sé muy bien cómo explicar esta parte pero los puzzles nos miran desde la mesa embobados, envidiando tanta complicidad.
Madrid...superas a cada segundo las expectativas que tenía en ti.

Ayer, hoy y mañana.

Ayer pedí que te murieras
que te cargara la tristeza
que todo el mundo te olvidara
que tu belleza se acabara, para que nadie te quisiera.

Ayer pedí con tanta fuerza
que todo el mal que hay en la tierra,
sobre la espalda te cayera
para que yo lo disfrutara, para que tu lo padecieras.

Ayer pedí que te murieras
por que te odio de adeveras
pero este corazón gilipollas

es mucho más fuerte que yo,
y también me obliga a que te quiera.

Estoy a punto de volverme loca
porque te quiero como a nadie,
porque jamás podré arrancarme
tus caricias de mi piel.

Estoy a punto de volverme loca
porque jamás voy a olvidarte,
porque tendré que acostumbrarme a vivir queriéndote,
como una culpa que estoy pagando,
porque te quiero y te odio tanto...

martes, 10 de marzo de 2015

Somos una casualidad llena de intención...

Apareces y me descolocas.
Siempre que hablo contigo acabo con una sonrisa pintada en la cara, esperando que volvamos, para poder reírme un poco más, de lo feo que es el mundo a veces, y que contigo es un poquito menos malo.
Supongo que mis noches son un poco menos oscuras si estás al otro lado de la pantalla (porque de momento no puedo pedir más, a pesar de que me muero de ganas).
Me gusta cuando te callas y te empiezas a quedar medio dormido, como si estuvieses tranquilo, sabiendo que mañana cuando te despiertes yo seguiré aquí para ti.
No entiendo muy bien por qué seguimos con tantas ganas; hay que ser muy valiente para atreverse a quererme, sabes de sobra que no soy fácil. Tengo mil manías, y tres mil razones por las que podrías odiarme, pero tú encuentras motivos donde yo no los veo.
Y haces que mis semanas sean más de sábados que de lunes. Que sean más de veranos que de inviernos.
Por eso, por que eres tú el que está aquí, estando también allí.
Digamos que eres como esos
cinco minutos que tengo un lunes para dormir más, como ese instante antes de montarme en una montaña rusa.
Ese eres tú.

lunes, 2 de marzo de 2015

so nice so smart.

Ella está hecha de palabras que nadie puede entender
su mente es un diccionario de tristeza y melancolía
y su corazón es un libro de poesía para la desesperanza
ella es la más bonita canción
el soneto perfecto
el verso más significativo
y la novela más larga
llevará un tiempo leerla
segundos amarla
y toda una vida olvidarla.



(Nunca te enamores de un poeta. Te convertirá en metáforas y te reescribirá tantas veces que al final, ya no sabrá ni quien eres. Además, mienten muy bien.)

El infierno puede ser divertido si estás con el demonio adecuado.

Legarás deprisa, pero con mucha risa.
No como si fueras a salir de fiesta, pero areglado, guapo, y el corazón bien escondido. No vaya a ser que parezca que me tienes ganas.
Me encargo de la cena, tú eres más de llevar de beber. Me pillarás haciéndome la despistada observándote mientras te llevas el tenedor a la boca. Te reirás, y yo diré que estaba mirando para otro lado. Muertos de risa nos tiraremos en el sofá. Te contaré alguna historia de hace un par de años que ya te he contado dieciseis veces más. Y rozré tu mano casi sin querer.
Buscaremos el postre en la nevera. Y mi boca tu nuca. Mis manos tus caderas. Tu cuello piel de gallina. Apartaré tu abrigo de mi cama, para poder arañar mejor tu espalda. 
Algún beso de película, pero en este caso de verdad. Con sabor a ti. 
Las yemas de mis dedos por tus hombros.
Tu boca seca que dice "una caricia más".
Ojalá no te tuvieras que ir nunca.

16.

Consejo de supervivencia:

No necesites de nadie.
Pero quiere.
Quiere mucho.
Quiere por encima de
tus posibilidades.

Debería ser más

Debería ser más valiente, admitir que todavía me giro cuando me dedican una sonrisa subliminal. Que no me asusto si me agarran de la mano. Que todavía me sonrojo si me guiñan el alma. Que siempre dejo mi casa pensando que esa noche no dormiré ahí.
Ser un poquito menos cobarde y reconocer que me pierdo en las fronteras de unas piernas largas. Que la invitación no es a la copa, sino a jugar a ser un rato animales, sin pretensiones, sin complicaciones, sin que me hagan el desayuno y me lo traigan para que se enfríe en la cama.
Sin tus besos de buenos días, sin tus polvos de buenos recuerdos.
Lo dicho, que debería admitir que todavía juego a ver quién me quiere esta noche a sabiendas de que no habrá forma de que vuelvas a ser tú.

jueves, 26 de febrero de 2015

La noche deja de tener sentido cuando te despides con un "buenas noches"

Al final, para la inmensa mayoría, la felicidad consiste en obtener un millón y no morir antes de gastarlo.
Para mí la felicidad, sin embargo, es que tú abras con pereza un ojo a las cinco de la mañana. Titubees mi nombre como si fuese tu primera palabra y esperes con inquietud a que yo responda el tuyo como si fuese la última.
Siendo eso tan simple, a veces me pregunto, por qué ellos parecen más esperanzados en la felicidad siendo su deseo mucho más complejo que el mío.
Supongo que porque en este momento es más probable que yo obtenga un millón

a que tú vuelvas a llamarme.

sábado, 7 de febrero de 2015

Pero estás fuera de la ciudad.

Pues dejemos tu cama perdida de mis pecas.
De una vez. Por todas.
Las que fuiste y serás.
Las que ahora eres. Contra mí.
La golfa. La rey. La
todo para siempre. La nada. La
ahora no te hablo. La
vamos nos marchamos y a la
mierda el planeta. La
qué cenamos mañana. La
es hora de cazar. La
amor hazme de barro entre las
piernas.
Comerte a versos hasta
dejarte los labios azules.
Despacio matar cuervos
en tus nítidas clavículas.
Comer los caracoles de tus frases
boca a boca. Desnudarte miedos.
Pero te me has marchado.
Estás lejos. Madrid.
En casa de tus padres.
Y dices que hasta el lunes
no habrá mundo ni alegría.
Y sin ti más me duele
este país de seis millones
de parados. De casi cincuenta
millones de cadáveres.
Que se mueren de ganas
de volver a vivir.

domingo, 25 de enero de 2015

¿Ñañaña?

Que presuma de tener Irene,
que no soporte que otro tenga a Irene,
que nunca la tenga del todo.

Que sólo se la quite yo.

sábado, 17 de enero de 2015

3.33

Dime algo que no sepa,
por ejemplo:
que tu tristeza siempre fue una excusa,
que mis dedos fueron flores subiendo por tu costado,
que me echas de menos y sabes a sal,
que te destrozó no intentarlo,
que tu cama es el lugar más frío de esta parte del mundo,
que llegas tarde a todos los sitios
porque vives en el pasado.

Dime algo que no sepa,
por ejemplo:
que no me quieres,
que eres feliz
o que, de puntillas,
llegas a tocar las nubes de mi cabeza.

Te diré algo que no sabes,
por ejemplo:
que aún sostengo tu novena nota
en mi cuerda de tender,
que se murieron todas las plantas que tocaste,
que no me arrepiento porque jamás te llamé futuro,
que un día me acosté con tu recuerdo
y desde entonces me levanto en medio de un
                       charco de cenizas,
como si hubiera dormido sobre un fuego
                       carnívoro del tiempo.

Te diré algo que no sabes,
por ejemplo:
que el día que moriste nadie vino a verme,
que eres causa y afecto,
que me hace feliz
ser feliz
sin ti.

domingo, 4 de enero de 2015

Ahora te busco; nunca te encuentro.

Te busqué como se buscan los objetos perdidos, sin demasiada esperanza.
Hicimos el amor como si no fuera aquella nuestra primera, ni nuestra última intención. Como queriéndonos dejar algo para luego, para después. Para nunca.
Te escribo ahora, tarde, como siempre, porque ya sabes que no sé escribir cuando debería hacerlo. Te escribo ahora, que ya te he perdido, tal y como estaba calculado el minuto antes de encontrarte.
Perdona por tanto, si ahora me permito enamorarme de ti. Ya sabes que nunca me han gustado las personas hasta que las hago personajes.
Ahí, entonces, aquí, si sé amar, y besar, y follar, y tratarte como te mereces, bien y mal.
Sobre el papel no hay caricia que se me resista; ni se fingen los orgasmos, ni los susurros de después. Aquí puedo describirse con tan sumo cuidado, como si de volver a crearte se tratase.
Puedo hacer que digas exactamente lo que quiero escuchar, puedo hacer que quieras quedarte, y soltarte cuando yo decida echarme atrás.
Te escribo ahora, que no te tengo porque es la única manera que sé de tenerte.
Aquí, sobre el papel, eres tan y como imaginé, sin defectos, y las virtudes las invento. Aquí te creo yo, besadome en tu molde, pero partiendo desde cero, esculpiendo tu silueta como se esculpen las siluetas más perfectas, con la lengua y los dedos, y las manos y los ojos, y tu pelo y el mio, y tu piel y mis gemidos.
Te he conseguido hacer tan real, que casi te creo con los ojos abiertos, que casi te quiero, y es perfecto.
Tú no hace falta que vuelvas, ni para irte ni para quedarte. Y no es que no te eche de menos, es que desde que te has ido,
por
fin
te
tengo.