Entrará en mi vida aquél que tenga su propia vida, quien me invite de vez en cuando a compartirla sin que quiera matar la soledad conmigo; quien entienda que al amor en libertad, también le gusta la compañía.

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sábado, 6 de diciembre de 2014

Las paredes arañan a estas horas.

¿No tenéis la sensación de que se detiene el tiempo por la noche y que todo pasa demasiado lento?
Y que las ganas de escapar aumentan, escapar a cualquier sitio, no importa a dónde. Pero no quieres terminar en la misma cama de siempre, con la misma sensación de que tu vida, no tiene más sentido que despertarte al día siguiente y caminar hasta que vuelva a caer la noche, y vuelvas a hacerte las mismas preguntas.
Siempre las miasma preguntas.
Como si fuese un bucle, o un laberinto, en el que empiezas a pensar que encontrarás la salida demasiado tarde.
No sé, las paredes arañan a estas horas, los silencios te gritan al oído, la soledad te abraza demasiado fuerte, hasta que te duele todo el cuerpo, y las canciones que escuchas, sólo lamen la herida durante varios minutos, pero luego escuece, hasta que te quedas dormido, y tienes sueños extraños sobre un día de otoño en el que no deja de llover mientras tu bailas por las calles y sonríes a la realidad.
Aún huele a tabaco de la noche anterior...

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