Entrará en mi vida aquél que tenga su propia vida, quien me invite de vez en cuando a compartirla sin que quiera matar la soledad conmigo; quien entienda que al amor en libertad, también le gusta la compañía.

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domingo, 29 de junio de 2014

HAY SILENCIOS QUE SEPARAN SIN SER KILÓMETROS.



Y comprendió, que hay personas que brillan sin ser estrellas y que hay silencios que separan sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches, y que no se vaya al vernos las cicatrices, que las comparta con nosotros.



Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacía, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor, y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas, que te quite las ganas, asique nos vestimos con un poquito de orgullo y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar. Porque si vamos a morir, queremos morir por alguien que sepa llorarnos. Y sobre el desamor. Cuando ya sientes cosas bonitas por alguien que ya está sintiendo cosas bonitas por otro. Pensaba que a veces es inevitable, y que ojalá pudiésemos elegir de quien enamorarnos y hacerlo de aquella persona que supiese querernos. Pero las cosas, por desgracia, no son así. Y muchas veces, más de las que me gustaría, terminamos padeciendo insomnio por alguien que, a demás de irónicamente, nos hace soñar.
Y luego terminó hablando sobre la capacidad de olvidarnos de las personas, y sobre la naturaleza de los recuerdos. Diciendo que la mejor forma de olvidar a alguien que nos duele recordar, es llegando a la conclusión de que no merecemos eso, de que merecemos algo más. De que merecemos sangrar por alguien que, luego, venga a curarnos. De que la vida no es tan larga, ni dura tanto, como para estar perdiendo el tiempo esperando trenes que ya han pasado. De que hay que sonreírse a los amaneceres, independientemente de que llueva e independientemente de que compartamos cama con la soledad. Que las cosas llegan cuando menos las esperas, y que si siempre las estás esperando, sólo tardan en llegar un poquito más. Pero llegan, tarde o temprano.

Y entonces dijo: "Sigo queriendo a toda la gente a la que he querido en mi vida, pero sólo amo con esa urgencia en la mirada a la esperanza de que, un día, y qué más da cuándo, amaré a alguien y será para siempre".

Siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay algo de razón en la locura.

¿Sabes? Te echo de menos.
Es complicado ser hielo por fuera y arder por dentro.
No ves la relación, eso no me interesa.
¿Nunca te has quemado?
Nah, a veces estás a mi lado, has tenido que sentir algo de calor.




¿Cómo te sientes al ser querido?
Yo una vez fui querida, y no lo valoré. ¿Lo soy ahora? Eso me haces creer a veces, ni te imaginas lo grande que me siento cada vez que me rozas.
Joder.
Yo no soy así; ¿o no quiero serlo?
Me estás cambiando joder, estás sacando lo peor de mi, me da miedo, estás sacando fuera el amor. ¿Por qué sacarlo? ¿Para qué? Tengamos una relación sin compromisos, pero no, tú tienes que hacer que te quiera.
Enorme amor, eres enormemente mi Roma.

Su piel... ¡qué me corro si me roza su piel!

Son casi las dos de la mañana, algo habitual, últimamente. Es una noche de verano, acaba de empezar nuestro verano, ese gran verano que tantísimo tiempo llevamos esperando; es el verano, el gran verano. El verano, con sus días calurosos y sus noches interminables, tiempo de enamorarse.
Ahora caigo, todo encaja, ya han pasado las doce, ya es treinta; un mes, un mes a tu lado, y mira, nos ha dado tiempo de mucho. He acariciado tu piel, esa que en estos momento echo tanto de menos a mi lado, tu piel, casi tan blanca como la nieve, y tan fría como ella misma, como tú eres.
Amor, eres un mundo. Al que espero llegar desde el anonimato.
Tantas veces he hecho esto y tan pocas he logrado conseguir algo con ello... Sin embargo vuelvo, o vuelo, depende de como lo interpretemos, vuelvo a caer si no estás tú, y vuelo algo si sí lo estás.
Escucha pequeño, te quiero.